lunes, 2 de abril de 2012

¿Cien días para qué?


Siempre se ha manifestado cierta expectación por conocer las nuevas propuestas de un nuevo gobierno salido de las urnas. En esta ocasión, el Gobierno del PP del Sr. Rajoy ha hecho gala de ejercer, desde el primer momento, tomando medidas drásticas en contra de lo que la mayoría de la ciudadanía entiende que deberían ser medidas favorables para remover los obstáculos que están impidiendo que nuestro país siga creciendo y generando actividad económica y puestos de trabajo. La subida de impuestos, la Reforma Laboral con el abaratamiento del despido, la ideología conservadora de algunos de sus ministros en temas como el aborto y educación, los recortes presupuestarios en los Ministerios; las disposiciones de rebaja en materia de educación y sanidad que impone a nivel autonómico, unido a la amnistía fiscal, no hacen nada más que subrayar la impopularidad de su gestión política.

El resultado de las elecciones en Andalucía y Asturias la semana pasada han conseguido amilanar aún más su arrogancia junto con la Huelga del 29 de marzo. Y para dar más "brillo" a sus cien días, parece que Europa no se fía mucho de la efectividad de las medidas tomadas por el Presidente Rajoy y manda un mensajero a supervisarlas. Nunca nadie llegó tan alto y tan bajo al mismo tiempo. Es muy probable que esta situación estuviera en uno de sus más temidos escenarios pero debería de haber valorado que no se gobierna solo a golpe de recortar y favorecer a los estamentos que menos acusan los desequilibrios económicos.  Las bases ciudadanas que formamos la mayoría, queremos que se gobierne para todos/as y eso se inicia con otras prioridades en la agenda del gobierno.